Las importaciones crecieron más de 50%, por lo que el país tuvo un déficit comercial récord para un mes de julio; la lectura es positiva porque la demanda doméstica apunta a tomar fuerza nuevamente.
El comercio exterior de México inició con el pie derecho el segundo semestre del año, a pesar de las complicaciones logísticas globales por el repunte de casos de Covid-19 y la persistencia de interrupciones logísticas.
En julio pasado las exportaciones mexicanas de mercancías crecieron 15.2% a 40,887 millones de dólares, con lo que alcanzaron un récord para un mes de julio, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) divulgados el fin de semana.
Más aún, con cifras desestacionalizadas, el indicador creció 1.5% mensual a 41,733 millones de dólares y alcanzó un nivel récord para cualquier mes.
Paralelamente, las importaciones mexicanas de mercancías tuvieron un notable avance de 50.6% a 44,950 millones de dólares, con lo que también se colocaron en un nivel récord para un mes de julio.
Pero al igual que en el caso de las exportaciones, este récord se convierte en absoluto al considerar las cifras desestacionalizadas, renglón en el que el indicador se anotó su tercer avance mensual al hilo con una notable alza de 4.9% mensual, para quedar en 44,282 millones de dólares.
Al considerar las cifras originales, el déficit de la balanza comercial quedó en 4,063 millones de dólares, producto del mayor dinamismo del lado importador. Se trata del mayor saldo negativo desde enero del 2019 y el mayor para un mes de julio en casi tres décadas.
Sin embargo, en la actual coyuntura el déficit tiene –en general– una lectura positiva, pues refleja el mayor dinamismo importador, que es consistente con una mayor demanda doméstica luego de que esta había mandado señales de debilitamiento en la parte final del segundo trimestre del 2021.
“Los datos de la balanza comercial de julio son una señal alentadora para la actividad económica al inicio del 3T-21, sobre todo en lo que concierne al consumo interno”, opinó en un reporte Marcos Arias, analista económico del Grupo Financiero Monex.
Renglón por renglón
En julio las exportaciones petroleras lideraron en dinamismo exportador, con un avance mensual de 3.3% –desestacionalizado– y un significativo incremento interanual de 104.6%, aunque ello se debió a un importante efecto precio, dado que el precio de la mezcla mexicana de petróleo creció 87% durante el período.
Las ventas no petroleras –que representan casi 95% del total– crecieron 1.3% mensual, siendo las manufactureras las mejor comportadas (+1.9% mensual), con un sobresaliente desempeño de las no automotrices (+4.2%), que permitió compensar la caída de 3% de las automotrices, que continúa padeciendo la escasez global de semiconductores.
“Destacamos el robusto crecimiento del volumen total del comercio, sobre todo ante la debacle del sector automotriz, pues ello indica que una vez que se normalicen las condiciones, el potencial de crecimiento puede ser muy amplio. Esperamos que agosto brinde señales de estabilización en este rubro, lo que contribuiría a acercar a la balanza a un saldo más neutral de cara a la parte final del año”, comentó Marcos Arias.
Al interior de las importaciones, las más dinámicas fueron también las petroleras (+7.9% mensual), aunque las no petroleras no desmerecieron, al crecer 4.5%, una aceleración respecto del +0.4% de junio. El indicador hiló, además, tres meses de aumentos.
Por tipo de bien, las compras de bienes de capital crecieron 5.8%, las de bienes intermedios, 5.5% y las de bienes de consumo, 0.3 por ciento.
“Creemos que esto es positivo ante señales que sugerían una moderación de la demanda doméstica”, afirmó Juan Carlos Alderete, director de Análisis Económico del Grupo Financiero Banorte.
Fuente:https://www.eleconomista.com.mx/empresas
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