Aunque la pandemia por la COVID-19 retrasó el inicio de sus operaciones, la terminal de trasvase de carga general de Ferroenlaces, ubicada en Celaya, Guanajuato, ya es una opción para los sectores automotriz, agroindustrial e industrial.
“Nuestros planes se retrasaron con la pandemia, se vieron ralentizados. Pero el plan sigue porque estamos en una cadena ciertamente privilegiada; la cadena logística, que con o sin pandemia los materiales se tienen que mover”, comenta Samuel Delgado, gerente general del ferropuerto.
En su primera fase, que arrancó actividades en diciembre de 2020, dicha infraestructura tiene la capacidad de mover hasta 360,000 toneladas al año de diferentes productos; es decir, 30,000 toneladas por mes. Grupo Aceitero del Bajío es el primer cliente de Ferroenlaces, aunque en este febrero se suma otra compañía con la que moverá cemento. Sin embargo, ya se encuentra negociando con nuevas empresas que se añadirán en este 2021.
“Tenemos planes de expansión, en este año ya tenemos que hacer un par de inversiones en adecuaciones para operar más eficientemente y esperamos que podamos echar a andar la expansión en uno de los terrenos anexos, que es nuestro. La idea es hacer un peine de 6 vías para meter trenes unitarios”, detalla Delgado.
Esta nueva obra, cuya inversión ronda entre 70 y 80 millones de pesos, no estará lista en este año, pero su construcción arranca en este periodo y, con ello, la empresa llegará a un mercado agrícola mayor, ya que permitirá la operación de 90 vagones con un solo producto, que va de un punto "a" al punto "b" y del punto "b" al punto "a".
“Los grandes manejadores de granos o comercializadores de granos de este país compran un tren. México es un gran importador de maíz, entonces compran un tren y hay que bajarlo. Ahorita no puedo aspirar a que un gran manejador de granos me dé trabajo, excepto que sea por urgencia o por especialidades. Pero sí nos abre posibilidades”, abunda Samuel Delgado.
Fuente T21
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